13 de mayo de 2013

The Troll Hunter

Culmino este breve recorrido sobre el género found footage con esta tercera obra audiovisual tras The River y Chronicle. Tal vez algún día me anime y me explaye todavía más sobre esta categoría en auge también en España con el reciente estreno de Emergo. Pero solo como género y los matices que lo acompaña desde el supuesto
origen en Holocausto Canibal. Nada de embarcarme en otra locura recopilatoria que en este caso acabaría en continuos mareos. La película que hoy me ocupa es una simpática cinta noruega de 2010. Gracias a Internet supe de su existencia y de su llamativo argumento sobre un fantástico ser de la cultura popular, los trolls. El argumento es bien sencillo, un grupo de estudiantes inician un reportaje sobre el aumento de ataques de osos hacia el ganado local. Pronto descubrirán, junto a un cazador furtivo, que las extrañas agresiones son realizados por estas fantásticas criaturas y como el gobierno noruego intenta ocultar la existencia de estos seres en su territorio. A través del estilo de falso documental, el director André Ovredal, nos introduce por el interior del país escandinavo en un agradable viaje con la excusa de cazar trolls como cebo superlativo.


La película cumple con su objetivo de entretenimiento y se deja ver con cierta naturalidad. Gracias sobre todo a su condición fantástica. La red la ha aupado a ciertos altares aunque contenga numerosas lagunas por cubrir. La más clara sin duda el cambio de parecer del cazador, demasiado sencillo y frío, incluso para esta gente del norte. El protagonista Hans, es realmente el cazador y su trabajo o parecer queda retratado por los ávidos estudiantes sin ningún compromiso previo o algo tangible que realmente haga creer al espectador el cambio en la mentalidad del personaje, muy simplón en este caso la excusa que se nos da cuando acepta ser filmado frente a la oposición inicial. A partir de aquí, la película tiene vía libre para extenderse por los bonitos parajes nórdicos, relatar cutremente los chanchullos gubernamentales y salir en pos de la caza a través de distintas variedades e historias de los trolls. Nada nuevo ni digno de mención solo que en este caso tenemos como único narrador a la cámara que todo lo graba. Un único y monocorde punto de vista que significativamente nada muestra en evolución. Solo toca temas sin profundizar en ellos ni molestarse en desarrollarlos. Como la evocación del cazador sobre una supuesta matanza de estos seres. Queda como una frase suelta para un personaje que parece tener remordimientos al realizar su trabajo pero ahí se queda, una idea al aire sin ton ni son, nada cambia ni evoluciona hacia algún lado por lo que la motivación de ese comentario pierde toda su valía.

Este ejemplo es una muestra de los problemas de Troll Hunter, el falso documental toca varios temas sin profundizar en ninguno de ellos. Una falta de identidad que impide ubicar temáticamente a la cinta dentro del terror, la conjura gubernamental o los motivos personales del cazador. Tanto ingrediente y tanta mezcla no termina de cuajar porque no se trabaja sobre el material presentado, por lo menos el resultado no termina siendo vomitivo. Ya he dicho que la cinta resulta simpática y se deja ver, puesto que así hay que tomarlo desde una perspectiva simplona hacia el puro entretenimiento. Cabe destacar la inclusión de los monstruos que no desentonan a lo largo de la película. Los trolls están dignamente realizados y la opereta de la cámara sirve para darles ese toque de ciencia ficción que también quedan en ciertas películas. Troll Hunter cumple con su propósito aunque me deje ese sinsabor de una buena idea en manos de un grupo de jóvenes que simplemente querían divertirse.

Trolljegeren de André Ovredal
2010

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