27 de enero de 2013

The Maltese Falcon. (El halcón maltés)

Toca revisitar una obra maestra de la historia del cine además de matizar el significado que tuvo para las personas que trabajaron en ella. Naturalmente hay que empezar por su director, John Huston, quien debutó tras la cámara en esta adaptación de la novela de Dashiell Hammet, la tercera que se realizaba de su libro en muy poco tiempo. Huston logró marcar un hito con esta película, tanto que muchos han considerado este largometraje como el origen del genero de cine negro, seguramente fue su éxito en taquilla el motivo principal. El éxito de público sirvió para otorgar a Humphrey Bogart, el papel principal que necesitaba para asentarse definitivamente como la estrella que finalmente llegaría a ser. Gracias también al ego de George Raft, quien rechazó el papel principal al ser el director un simple novel. Craso error por su parte ya que El halcón maltés es hoy día una obra de referencia en la historia del séptimo arte. 

El cuarteto protagonista y el halcón / D.R.
Ciñéndonos a la película, la trama se inicia cuando una misteriosa mujer contrata los servicios de unos detectives privados para dar con su hermana desaparecida. Sin embargo nada es lo que parece y el caso se vuelca alrededor de una valerosa joya con forma de halcón. A medida que avanza el minutaje, el público comienza a disfrutar del singular personaje Sam Spade, el detective al que da vida Bogart, perfecto en su papel de antihéroe, chulo y parlanchin. Porque hay queda la interpretación de tipo duro que marca su carrera cinematográfica, solo con la percha y sin la necesidad de los grandes artificios de hoy día. El protagonista se verá implicado en una feroz lucha entre distintos criminales que ansían obtener la preciada figura, como no, por culpa de una mujer, una apuesta clásica que llevará a Bogart a tomar decisiones tan rápidas como le permita su inteligencia y afilada lengua. El reparto lo completan el siempre eficaz Peter Lorre, uno de esos grandes actores secundarios que engrandece cualquier escena, una de las actrices estrella del momento, Mary Astor y la presentación de Sydney Greenstreet. Otro memorable actor de la época. 

Los puntos fuertes del filme son sus continuos giros, tantos que hace participe a los espectadores de la trama de la película. Sin duda Spade juega cerca del filo al verse implicado en un asesinato donde tiene algunas papeletas para ser culpado. Lógicamente se verá empujado a llegar al final del entuerto para salvar el pellejo y porque no, sacar si se tercia tajada del negocio. Otro punto fuerte es el ritmo. Huston logra encadenar las clásicas secuencias dialogadas con varios cambios en esas escenas. Los personajes acaban las escenas de manera completamente distinta a como las empiezan, dando en el clavo en ese peculiar juego de medias verdades sobre el objetivo final de la preciada joya. 
El halcón maltés de John Huston
1941

El material con el que se forjan los sueños. La frase que nos deja este filme clásico de la historia del cine.

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